Extranjera
Decidí quedarme, aunque fuese extranjera, aunque esta ciudad no fuese mía. Nunca hubo oportunidad, no podía evitarlo: me enamoré. Me enamoré de una ciudad a la que llegué sin darme cuenta y de la que ya no quiero salir. Me enamoré de ti porque tú eres ciudad y yo soy extranjera en tu cuerpo. Aprendí tu lengua, visité tus calles y sentí tus besos. Me perdí en tus recovecos y me encontré a mí misma. Así, poco a poco, me entregué a una ciudad que no es la mía. Así, sin previo aviso, me hice tuya.
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