Escribir es lo más exhibicionista que he hecho en los últimos días.

Lugares comunes

Posted by on | | 0 comentarios
Habría que comprender primero antes de descrbirlo. Siguiendo esto, entonces, al tratar de hablar de la muerte me arriesgo a caminar sobre una capa de hielo finísimo. Pero es que, al parecer, antes lo había estado haciendo y ahora siento la necesidad de reprenderme. Y, para no perder la costumbre, desfilaré por aquí con la desfachatez de quien cree saberlo todo, cuando en realidad sólo hace mucho ruido.

Creí saber qué era la muerte: era esto que me había dejado sin alguien a quien yo quería mucho. Aún ahora, al releerme durante esa época, no puedo sino sentir mucha tristeza con la muchachita que en ese momento escribía y trataba de quitarse la herida con cualquier cosa que tuviese a la mano. En ese momento que yo creí era el más vulnerable de mi vida fui un pequeño cachorro herido. No entendía nada y culpaba a un eso que no entendía por haberse llevado a alguien que consideraba especial. Me sentía triste, traicionada y sola. Por sobre todo, no entendía nada.

Ahora, mucho después del primer suceso, entiendo que efectivamente me sentía triste y que esa tristeza, a pesar de que no nació de un suceso real, fue muy real para mí. Entiendo también que en esa tristeza se había mimetizado un miedo aún más grande. Este miedo muy propio y que nada tenía que ver con la muerte. Algo muy íntimo, ajeno a cualquier cuerpo y que constantemente está ahí y se niega a ser domesticado, como cualquier otro miedo que conozco. Tuve mucho miedo porque una de las consecuencias de tener que enfrentarse a la muerte es también tener que estar solos. Al contrario de una simple separación en donde el dolor sobreviene para quienes se separan, la muerte no sólo pasa para quien muere, sino que sobrevive en el cuerpo de quien extraña.

Entiendo también ahora que, a pesar de que el cariño que brotaba como un río descontrolado desde dentro de mi ser sí fue real, esto no siempre fue amor. Tal vez lo fue en un punto, pero ahora es difícil para mí señalar un punto en específico en que me movía por amor y no por algo más que confundía con amor.

Hablo del amor y de la muerte porque toda yo soy un lugar común. 

He encontrado el blog por enésima vez en mi vida y esta es la única conclusión a la que he llegado.

Extranjera

Posted by on | | 0 comentarios
Decidí quedarme, aunque fuese extranjera, aunque esta ciudad no fuese mía. Nunca hubo oportunidad, no podía evitarlo: me enamoré. Me enamoré de una ciudad a la que llegué sin darme cuenta y de la que ya no quiero salir. Me enamoré de ti porque tú eres ciudad y yo soy extranjera en tu cuerpo. Aprendí tu lengua, visité tus calles y sentí tus besos. Me perdí en tus recovecos y me encontré a mí misma. Así, poco a poco, me entregué a una ciudad que no es la mía. Así, sin previo aviso, me hice tuya.
Goonie